La Cuenta Unificada de Anáhuac
Esta correlación se inspira en el trabajo del investigador cubano Frank Díaz y tiene como propósito validar de forma independiente los resultados de sus años de estudio sobre el calendario de Anáhuac. Su propuesta se basa en una metodología rigurosa que integra registros históricos, códices, crónicas coloniales y cálculos astronómicos, con el fin de establecer una correspondencia precisa entre el calendario mesoamericano y el calendario cristiano (juliano/gregoriano). A continuación, se describen los pilares fundamentales de su enfoque:
1. Eventos históricos como puntos de anclaje
Se utilizan fechas clave de la conquista española, documentadas tanto en crónicas indígenas como europeas, para establecer correlaciones precisas:
- Enfrentamiento de Chakán Putum (~15-18 de mayo de 1518) se correlaciona con el día 1 Viento del año 13 Conejo
- La llegada de Hernán Cortés a Tenochtitlan (8 de noviembre de 1519) se correlaciona con el día 8 Viento del año 1 Caña
- La caída de Tenochtitlan (13 de agosto de 1521) corresponde al día 1 Serpiente del año 3 Casa.
- Conquista de la capital quiché la masacre se sitúa el 22 de febrero de 1524. Los Anales de los Cakchiqueles son la principal fuente que asocia la fecha con el día 1 Conejo.
- La conquista de Gumarcaah (20 de abril de 1524), se vincula con el tonal 7 Muerte.
Estos eventos actúan como "marcos fijos" para sincronizar ambos sistemas calendáricos.
2. Estructura cíclica y matemática de los calendarios mesoamericanos
- Veintenas y signos cargadores: El año solar mesoamericano (365 días) se divide en 18 veintenas (periodos de 20 días) más 5 días Nēmontēmi ("Faltantes por Llenar"). Cada veintena inicia con uno de los cuatro signos cargadores, siguiendo un orden cíclico.
- Ciclos de 52 años (Atados): Los atados sincronizan el año solar (365 días) con el año sagrado (260 días), creando un ciclo de 18,980 días sin repetición de combinaciones tonales. Al incluir el ajuste por bisiesto cada 4 años se tiene un total de 18,993 días, esa diferencia de 13 días en 52 años da sentido al ciclo de 1040 años llamado Hueyi Xiuhmolpili, ya que se reqieren 20 ciclos de 52 años paara que ambos calendarios (Xiuhpohualli y Tonalpohualli) se sincronicen.
3. Validación mediante múltiples fuentes
La correlación se respalda con:
- Códices y crónicas: Como el Códice Florentino, Anales de los Cakchiqueles y relatos de Sahagún, que detallan fechas en ambos sistemas.
- Consistencia interétnica: Aunque pueblos como nahuas, mayas y zapotecas tenían nombres distintos para las veintenas, Díaz muestra que la estructura calendárica era uniforme en Mesoamérica.
4. Ciclos cosmológicos largos
Con base en la estructura interna del calendario se extiende la correlación utilizada en esta página a eras mayores, como el Atado de Soles. Este ciclo teorico utiliza la propia estructura del calendario para dar nombre e identificar entre grupos de soles, donde 1 Atado de Soles contiene a los 5 Soles, reiniciando el conteo de Soles en cada Atado. Mediante el uso de este Atado de Soles con Tonalkin podemos ubicar una fecha dentro de un periodo de más de 300 mil años
Ajuste astronómico y bisiesto
En varias de sus obras Sahagún respalda la existencia del bisiesto como mecanismo de ajuste astronómico presente en el calendario mesoamericano, mediante la inclusión de un sexto día Nemontemi cada 4 años.
1. En Historia general de las cosas de Nueva España
"Otra fiesta hacían de cuatro en cuatro años a honra del Fuego, que llamaban pillahuanaliztli; y en esta fiesta es verisímil y hay conjeturas que hacían su bisiesto, contando seis días de nemontemi"
(Libro II, Capítulo 38)
2. En el Códice Florentino
"Los cinco días que sobran de los 360 los tenían por baldíos y no los apreciaban, pero sí los contaban con todos los días del año y con todos los meses del año"
(Libro IV, Folio 121v)
3. En su crítica al calendario de Francisco de las Navas
"En lo que dice que faltaron en el bixiesto es falso, porque [...] cada cuatro años contaban trescientos y sesenta y seis días, en fiesta que para esto hacían de cuatro en cuatro años"
(Carta al Papa Pío V, 1576)
Con la evidencia anterior se puede demostrar que los mesoamericanos aplicaban días bisiestos cada 4 años para compensar las 6 horas sobrantes del año solar, similar al calendario juliano. Este ajuste se realizaba en años Pedernal, duplicando un día en el periodo Nemontemi. Frank Diaz además, propone un segundo ajuste cada 520 años (adelantando el inicio del año en 4 días) para corregir el desfase acumulado, logrando una precisión de 1 día cada ~9,286 años.
Conclusión
La correlación utilizada en esta página no solo es un ejercicio histórico, sino un sistema integral que respeta la lógica matemática, astronómica y simbólica mesoamericana. Combina rigurosidad académica con una profunda comprensión de la cosmovisión indígena, permitiendo traducir fechas ancestrales al calendario moderno sin perder su significado cultural.
Agradecimiento
Expreso mi más sincero reconocimiento al investigador Frank Díaz por su dedicación en descifrar y preservar el legado calendárico mesoamericano. Su mentoría durante el tiempo que colaboré estrechamente con él fue fundamental para desarrollar el sistema Tonalkin, una herramienta que sintetiza la sabiduría ancestral del Tonalpohualli con enfoques metodológicos contemporáneos. Sus investigaciones, basadas en fuentes históricas y una visión holística, no solo esclarecen la precisión astronómica de nuestros antepasados, sino que nos invitan a revalorar una herencia que sigue viva en el tiempo. Gracias, por compartir tus conocimientos que hoy sirven como puente entre el pasado sagrado y las generaciones futuras.